jueves, 26 de agosto de 2010


Otra vez demore algo en responderte. Es que no hice otra cosa mas que estar acostada en una cama mirando el mundo pasar, odiando mi maldito cuerpo y aborreciendo mi impaciencia. Aproveché que los días están algo “cálidos” y fui a caminar por el verde. Le pedí al sol que se estrellé en mi cara y cerré los ojos para sentir al mundo en paz. Me deprimí mirando la felicidad de mis amigas y extrañando esos momentos.
Estos últimos días me ensañé con la balanza, la adopté como un ritual. Me subo a ella a la mañana, después del almuerzo, después de bañarme y a la hora de dormir. Los números van bajando con el paso de los días, pero yo no se si creerle, en realidad creo que está fallando porque cada vez que me miro al espejo me siento mas y mas gorda.
Amiga, con respecto a lo que me estás contando de tu charla con ana, creo que deberías saber que Mía no es tan mala como tu amiga te dice. Te lo dije yo misma: Mía es una escapatoria. Como cuando te sentís sola y no tenés a quien recurrir, ¿viste? Bueno, así es mía. No deberías subestimarla.
Hoy me despido muy rápido porque no voy a ir sola a mi rutina del gimnasio, una amiga va a acompañarme.
Te deseo lo mejor y espero tener respuestas tuyas pronto. Te adoro amiga.